El 26 de junio de 2015
terroristas yihadistas realizaron tres atentados en Francia, Túnez y Kuwait. En
Francia intentaron explotar una fábrica de gas, en Túnez asesinaron a 38
personas e hirieron a 36 en un hotel español, y en Kuwait atacaron una mezquita
dejando 26 muertos y 227 heridos.
La comunidad internacional condenó en 2015 la "barbarie" y el
"odio ciego" tras una ola de atentados que mató al menos a decenas de
personas en Túnez -donde numerosos turistas fueron tiroteados en la playa-,
Kuwait y Francia, en pleno mes de Ramadán.
El secretario general de la
ONU, Ban Ki-moon, calificó de "terroristas" y "espantosos"
los ataques, y pidió que los responsables sean "presentados ante la
justicia".
El presidente francés, François Hollande, y su homólogo tunecino Beji
Caïd Essebsi "expresaron su solidaridad frente al terrorismo y su
intención de proseguir e intensificar su cooperación en la lucha contra esta
lacra".
La Casa Blanca condenó los "odiosos" ataques. "Nuestros
pensamientos y oraciones están con las víctimas de estos ataques atroces, sus
seres queridos y las personas en estos tres países", rezó el comunicado.
España elevó a "alto" su nivel de vigilancia ante el riesgo de otros ataques. "La barbarie tendrá siempre enfrente a la unión de los
demócratas", escribió por su parte el jefe del estado español, Mariano
Rajoy, en su cuenta de Twitter.
Al menos 25 personas morían en Kuwait en un atentado suicida contra una mezquita chiita atribuido al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Brasil calificó todos estos ataques como "criminales perpetrados por extremistas en nombre de ideas incompatibles con las reglas más elementales de convivencia y respeto a los derechos humanos”.
Argentina expresó también su "profunda consternación y su más enérgico repudio”.
Los atentados conmocionaron también a los dirigentes europeos reunidos en Bruselas para una cumbre centrada en la crisis financiera de Grecia.
Estos ataques "ponen en evidencia los desafíos (...) a los que
debemos enfrentarnos", declaró por su parte la canciller alemana Angela
Merkel.
"Nuestros pensamientos están con los allegados de las víctimas y
esperamos que los heridos puedan recuperarse lo antes posible", afirmó.
Italia elevó la alerta antiterrorista. El primer ministro, Matteo
Renzi, expresó por su parte "su gran dolor" tras los ataques en
Túnez, país situado en la costa mediterránea justo al sur de Italia. El ataque
de Lyon, consideró por otro lado, confirma la existencia de "pequeñas
células (...) muy bien organizadas".
El Papa Francisco envió telegramas de condolencias, a
través del Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, a las
autoridades de Francia, Túnez y Kuwait, con motivo de los tres atentados
perpetrados el 26 de junio por extremistas musulmanes. En el mensaje enviado a
su vez a Túnez, el Papa también “se une en oración al dolor de las familias que
se encuentran en duelo, así como a la tristeza de los tunecinos”.
Bibliografía:
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